Quiénes son esas gentes ahí enterradas es más fácil de responder si tuviéramos la certeza de que representan a los que se esperaría encontrar en una población normal que habita en esos metros cuadrados. La senda de la demografía discurre por terrenos escarpados, por tanto, la miraremos desde la distancia ya que sólo pueden transitarla las personas adiestradas para trepar por estas peligrosas sendas. Llevamos excavadas en La Almoloya 76 tumbas, entre individuales, dobles y cenotafios (símbolos de muerte que representan tumbas sin humanos dentro) con un total de 86 individuos. Entre ellos, 55 son adultos –33 mujeres y 22 varones–, le siguen en número, 28 infantiles, la mayoría de la fase reciente, y tan sólo hay 1 adolescente. Este último dato es una buena noticia de frescura poblacional; en esas edades mueren muy pocos.
Sortear el gran escarpado de esta senda supone contestar si los que están representan a todos los que correspondería encontrar por generación. Lo dicho, este es un terreno difícil que requiere herramientas conceptuales y técnicas para ascender hacia la comprensión de los habitantes de La Almoloya.